Goobuntu y el wishfulware
Se ha hablado mucho estos días de
Goobuntu. Goobuntu es un nuevo tipo de software, el
wishfulware, que sólo existe en los deseos de los usuarios. Se parece al
vaporware, que existe sólo en los departamentos de marketing de los fabricantes. Desde Google,
han negado que exista goobuntu, aunque han explicado que usan internamente una versión personalizada de Ubuntu.
Pero si Goobuntu ha aparecido, es porque existe una demanda real. Supongo que cada uno tendrá una idea de cuál sería su sistema operativo ideal, pero yo voy a aventurar qué necesitaría Goobuntu para llegar a conseguir una cuota de mercado al menos tan significativa como la de Firefox:
- Software preinstalado: OpenOffice, Evolution, Firefox, Picasa, Google Earth, Google Talk, Google Desktop, Acrobat Reader, Totem. (Sí, ya sé que el software de google sólo funciona en Windows, pero puestos a pedir, yo quiero que lo porten a Linux YA!).
- Un sistema de actualización desatendido, que ni siquiera pregunte al usuario si quiere actualizar. Es más, el usuario ni siquiera debería saber lo que es "actualizar".
- Drivers preinstalados para una lista de hardware conocida y fácil de encontrar en los comercios. Ya puestos, con un sello que diga Goobuntu ready, o algo similar, para que cualquiera reconozca que un producto va a funcionar sin tener que leer las especificaciones.
- Una cuenta de usuario que no permita instalar ni desinstalar nada, que ni siquiera pregunte un nombre de usuario y contraseña para empezar. Si hay varios usuarios, un procedimiento intuitivo para crearlos desde la cuenta del usuario "por defecto" asignando a cada uno un nombre y un icono (tipo Windows XP), que luego se utilizan a modo de menú de inicio para identificarse en el sistema.
- Una cuenta de root que permita al "experto" entrar hasta la cocina, pero que sea invisible para el usuario habitual.
- Un procedimiento de arranque que no incluya tener que ver una interminable sucesión de frases incomprensibles, sino una pantallita gráfica, y si puede ser con dibujitos simpáticos en movimiento. Por pedir más, que en lugar de apagarse totalmente quede en modo suspendido, y que al volver a arrancar sólo tarde un par de segundos en volver a presentar la pantalla tal como la habías dejado la última vez.
- Un escritorio coherente, atractivo, y con menús en los que sólo aparecen las opciones imprescindibles para ejecutar los programas. En el que la única posibilidad de configuración sea elegir el fondo del escritorio, el color de las ventanas y el salvapantallas.
Aunque parezca increíble, hay gente que no disfruta modificando los parámetros de la BIOS, incluso los hay que no se excitan al tocar el gconf. Gente que no está dispuesta a pasarse horas brujuleando por sourceforge o para averiguar cuál es el mejor programa de IM, ni hacer cosas raras con una mula para conseguir la última versión de un paquete ofimático. Es más, ni saben ni quieren saber lo que es una versión o un paquete. Gente que sólo quiere encender el ordenador y ponerse a navegar, o a ver las fotos de la comunión de la niña, o a chatear con su primo de Cuenca. A todos estos usuarios un ordenador que no se cuelgue, que no tenga virus, en el que no haya que hacer cosas raras de "instalar" o "configurar" o "cambiar parámetros" y que simplemente funcione correctamente les parecerá una bendición del cielo.
Y eso es algo que después de dos décadas de ordenador personal todavía no hemos conseguido.